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Aquella tarde.


Esa tarde de colegio, viendo a las mismas personas de siempre, nada fuera de lo normal, hasta que te vi marchando como todos los demás, pero tenías algo en particular, y ahora ando...


Recordando tu aroma hasta en mis sueños, porque cuando estas lejos me siento pequeño, así que agárrame la mano, y nunca la sueltes, porque sé que tenerte no fue solo suerte.


Escribiendo poesías y todas son para ti, porque eres la única que inspira algo en mí. Estoy tan feliz porque le diste color a este mundo tan gris, porque era infeliz hasta que de lejos vi, a una morena que no parecía de aquí.


Me sorprendió su caminar, y su delicadeza aunque veía a todos mal, le rogaba al cielo para poderla encontrar, quería aunque fuera unas palabras cruzar, porque la vi a lo lejos y me cautivo, los rizos en su pelo me volvieron loco.


La tuve a un solo metro, y la saludé, con una risa nerviosa contestó y se fue, en cuestión de segundos, pero fue suficiente pa moverme el mundo, en mi creció un sentimiento profundo. Pero yo no creía en el amor, yo era el mujeriego, el perro y el ganador.


Pero solo con una mirada ella algo tocó, con esos ojos café, un poco oscuros. Amor a primera vista o no se que pasó, se me hace más facil creer que me hechizó. Porque ahora la quiero, no, yo la amo, porque cuando la abrazo siento que tengo al mundo en mis brazos 


Y por cada paso, cada paso que doy, por cada letra que le escribo me doy cuenta hoy, que me enamoró, seguramente ella ni siquiera lo intentó, pero mis manos tocó, y borró esa voz, que me decía que corriera, y huyera del amor. Y por eso ahora de ella, es mí corazón.




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