PrĂłlogo.
El ser humano es complicado. Yo lo soy. Cuando siento que estoy sintiendo mucho, la mayorĂa de las veces es cuando estoy sintiendo menos. Y cuando siento que estoy sintiendo menos, la mayorĂa de las veces es cuando estoy sintiendo más.
Antes no querĂa llorar porque si papá me veĂa llorando, me daba las razones que Ă©l creĂa que eran válidas para llorar, no diciĂ©ndomelas, sino golpeándome. AsĂ, como quien dice, "menos palabras y más acciones". Jaja.
MencionĂ© antes que no querĂa llorar por eso y porque me sentĂa pequeño, dĂ©bil e indefenso. Pero ahora, cuando quiero llorar, no puedo. Ya las lágrimas no salen de mis ojos. Y es raro, porque antes me dolĂa ver y sentir esas lágrimas recorriendo cada parte de mi cara. Digo que es raro porque ahora me duele que ya casi no salgan, que casi no las siento, que ya casi no las veo. Y me duele sentir que perdĂ esa capacidad de desahogarme, porque a veces lo necesito y ya no sĂ© cĂłmo hacerlo.
Mamá me ha dicho que necesito un psicĂłlogo, pero no quiero que alguien me diga lo que ya sĂ©. SĂ© perfectamente que necesito ayuda, pero tambiĂ©n sĂ© perfectamente que no la aceptarĂ©. No culpo a nadie por cĂłmo soy. Esa es mi responsabilidad. No quiero seguir victimizándome por las cosas que pasĂ© de niño y hasta el dĂa de hoy.
Estoy bien, solo que a veces siento que se me viene el mundo encima y no sé qué hacer. Me vuelvo a sentir como ese niño, y necesito huir de todo y de todos.
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