Ir al contenido principal

TĂş no usas perfume


Anoche salí a caminar, suelo hacerlo cuando siento que me ahogo con mi propia existencia, así que sí, lo hago seguido, entré al parque al que todo mundo le tiene miedo cuando es de noche, me senté en una banca que no es para nada comoda, respiré hondo y dije en voz alta, que mierda me pasa.



Casi al instante escuché a alguien decir, deje dormir gonorrea, había alguien al lado de la banca, con unos cartones que usaba como sábana y el pasto que usaba como cama, estaba durmiendo, pero yo estaba tan concentrado en cómo mis pensamientos me iban a volver mierda, que ni siquiera me di cuenta que no estaba solo, me eché a reír y lo único que dije fue, mala mía, al parecer no sirvió de nada, porque se paró y se fue diciendo cosas que no alcancé a escuchar, seguramente me estaba dando las gracias por despertarlo.



Acto seguido, me llegó un penetrante olor a mierda, ese ser tan hermoso y agradable, por no decir lo que en realidad quiero decir, se había cagado muy cerca de mí, nuevamente, pensé que me daba las gracias por haberlo despertado, claramente me paré, no le dije nada como, vaya y coma monda, y le tire una piedra, obviamente no hice eso, me fui a caminar, ya que el olor era tan fuerte que lo sentía como si me lo hubiesen puesto en la cara, cuando estaba lo suficientemente lejos, tomé bastante aire y dije de forma no irónica, el mundo es un lugar tan hermoso, esta vez lo dije mentalmente, no quería que otro hermoso ser me escuchara y se cagara de nuevo.



Seguí caminando por el parque, tratando de que no me viera el guardia porque me conoce y hemos discutido varias veces, el parque cierra a eso de las 5:30 o 6:00 pm, yo voy a eso de las 10:00, me senté en una banca que está al lado de las canchas de baloncesto, sentí un olor, al menos no era mierda, pero lastimosamente hubiera preferido que lo fuera, era tu olor, y es extraño, porque no usas perfume, pero te sentí ahí, y no sabes lo jodidamente duro que fue recordarte, no sé si te extraño, o si te quiero volver a ver, quizá quiero que vuelvas, pero seguramente debo haberte extrañado, o tal vez el olor a mierda me había hecho alucinar.



Empecé a pensar en muchas cosas, en el cómo habían terminado y el por qué, pero llegué a la conclusión de que no vas a volver, no voy a superarlo, pero tengo que aprender a vivir con eso, de todas formas, a lo único que he me podido adaptar, es a la ausencia de personas que quiero, me dijiste una vez, espero que no te arrepientas de haberme conocido, no sé el porqué dijiste eso, pero como me voy a arrepentir de haber conocido a alguien, que le dio luz a una parte de mi que solo conocía la oscuridad.



Desde que te fuiste, he dejado de escribir, cuando estabas conmigo lo hacĂ­a más seguido, me gustaba mostrarte lo que hacĂ­a, pero ya no tengo a quiĂ©n mostrarselo, nadie entiende lo que trato de expresar en mis textos como tĂş, o simplemente no les presto la atenciĂłn que a ti sĂ­, casi no sueño, pero desde que no estás, lo Ăşnico que sueño es que tomas mi mano y me dices, ya estoy aquĂ­ mi negro, no me volverĂ© a ir, pero despierto, buscando tu mirada, y no está, me rompe el hecho de que estĂ©s tan lejos, mi mente me está volviendo muy sentimental, de verdad no me reconozco, antes me hacĂ­a daño recordando cosas que pasĂ© de niño, ahora, me tortura con tu recuerdo, y con tu olor que no sĂ© cĂłmo recuerda, porque como dije, no usas perfume, pero de todas formas, dejaste tantas cosas de ti en mĂ­ que ahora me pregunto, ¿QuedĂł algo de mĂ­ en ti?





Comentarios

Entradas más populares de este blog

Negro

Tenía miedo, muchas veces lo tuve, cuando más lo sentí, fue cuando llegué a Bogotá, a un ambiente completamente distinto, venía de la costa, de un pueblo en el que todo el mundo se conoce con todo el mundo, era muy alegre, había mucho amor por todas partes y ahí tenías amigos por todos lados porque sentías que eran como tú, cosa que nunca sentí al llegar acá. No era tan común ver a gente negra, no sabía lo que era ser un negro en donde solo había blancos, nunca había sentido o visto un trato así cuando niño porque de donde venía, como había dicho antes, eran como yo, tenían mi color de piel, mis costumbres, mi pelo, mi nariz grande, mis ojos oscuros, mi sonrisa, mi fuerza. Cuando vas caminando por la calle y te quedan viendo como si no fueras humano, como si fueras un animal, o como nos suelen decir, un mono, alguien feo y distinto, cuando eres solo un niño no te das cuenta del desprecio, hasta que llegas a una edad en la que eres más consciente de que no te tratan por lo que eres, si ...

Diario de un narcicista 1

  CapĂ­tulo 1 - Ojos perdidos Él no será yo, porque yo fui tu hombre, y tĂş fuiste mi mujer. Ni siquiera ha llegado a tu vida, pero sĂ© que llegará. Y cuando llegue, quiero que lo primero que se te venga a la mente sea que Ă©l no soy yo. Ni siquiera tengo que quererlo, porque sĂ© que asĂ­ será. No te volverás a sentir con nadie como te sentĂ­as conmigo. Nadie te hará erizar cada parte de tu bello cuerpo con solo una mirada. Tu cuerpo no reaccionará de la misma forma cuando alguien que no sea yo lo toque, cuando sienta otra mano que no sea la mĂ­a, le hará falta cada caricia, cada beso, cada masaje. Y por eso se que te harĂ© falta, lo sĂ©.  No soy un tatuaje, pero estoy completamente seguro de que quedĂ© marcado en tu cuerpo y tambiĂ©n en tu alma. Y eso, nunca lo podrás borrar. Aunque digas que soy lo peor que te pasĂł en la vida, aunque digas que me odias, sĂ© muy bien que en esas noches, esas noches tristes y solitarias, cuando lo Ăşnico que te acompañe sea el frĂ­o que entra por tu ventana,...

Diario de un narcisista

Prólogo. El ser humano es complicado. Yo lo soy. Cuando siento que estoy sintiendo mucho, la mayoría de las veces es cuando estoy sintiendo menos. Y cuando siento que estoy sintiendo menos, la mayoría de las veces es cuando estoy sintiendo más. Antes no quería llorar porque si papá me veía llorando, me daba las razones que él creía que eran válidas para llorar, no diciéndomelas, sino golpeándome. Así, como quien dice, "menos palabras y más acciones". Jaja. Mencioné antes que no quería llorar por eso y porque me sentía pequeño, débil e indefenso. Pero ahora, cuando quiero llorar, no puedo. Ya las lágrimas no salen de mis ojos. Y es raro, porque antes me dolía ver y sentir esas lágrimas recorriendo cada parte de mi cara. Digo que es raro porque ahora me duele que ya casi no salgan, que casi no las siento, que ya casi no las veo. Y me duele sentir que perdí esa capacidad de desahogarme, porque a veces lo necesito y ya no sé cómo hacerlo. Mamá me ha dicho que necesito un psicólog...