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Tay.

 No, que no me mire así, ¿No sabe el daño que me hace cuando lo único que veo en su mirada es decepción?.


Sé que tengo la culpa, pero que no me destruya con esa mirada, que me insulte, que me trate mal, que diga que me odia, que me golpee con recuerdos ya que físicamente no puede hacerlo, pero que no me vea así, porque no soporto ver que esa mirada que lo único que transmitía era felicidad e inocencia, esté trasmitiendo puro dolor, cansancio y miedo.


Lo que más me jode, es el no saber cuándo pasó, cuándo creció, a dónde fue, o cómo fue que lo perdí.


Lo recordaba más feliz, sonreía por todo y por nada, siempre le gustó estar solo, porque por alguna extraña razón, la compañía siempre le incomodó, lo raro es que aunque le incomodara, a veces le gustaba, pero no por mucho tiempo porque sentía que si no se cansaban de él, él se cansaría de los demás.


Siempre fue extrañamente extrovertido e introvertido a veces, nunca supe el porqué era así, quizá nunca lo sabré, tenía muchos amigos, amigos que con el tiempo simplemente se convertirían en conocidos, es parte de crecer, a veces a las personas a las que más le  brindamos importancia y confianza, son las que suelen hacer más daño cuando te das cuenta que esa importancia deja de importar cuando tu presencia les da igual.


Por malas experiencias, maduró antes de tiempo, pero estoy seguro de que le hubiera gustado que esas malas experiencias, ocurrieran más fuera de casa, que dentro.


Siento que lo que más le afectó, fue sentir que debía proteger a su familia del que se supone que debería protegerla, desde temprana edad le tenía miedo a quien se supone que debería ayudarlo a no sentirlo, le daba terror parecerse a él, a quien se supone, que debería ser, su ejemplo a seguir.


No le tenía miedo normalmente, solo cuando se tomaba unos tragos de más y no lo reconocía, porque su cara ya no era la de siempre, su expresión cambiaba tanto que en vez de hacerlo sentir protegido, le hacía sentir un profundo miedo.



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