Ir al contenido principal

La llamada 1

No quiero que sigas revisando lo que te escribo, no quiero que pienses que te odio, que me arrepiento de sentir algo por ti o de quererte, porque me arrepiento fue de lo que pasó y el cómo terminó, porque pudo haber sido distinto, pude haber sido tuyo, y pudiste haber sido mía, la vaina es que, yo era tuyo, ya me tenías, me quedará como enseñanza no hacer llamada al sentirme mal por alguien, y mucho menos, no hacer llamada con ese alguien que intentas olvidar jaja.


Escuchaba cómo se quebraba tu voz con cada palabra, más que escuchar, lo sentía, quizá no escuchaste mi voz quebrarse, solo silencio, pero me conoces, sabías que estaba mal, cuando no digo nada, es cuando peor la estoy pasando, me jode tanto escucharte así, y me jode más aún saber que el motivo de tus lágrimas, soy yo.


En la llamada preguntaste el por qué gustaba de ti, te respondí, dije cosas que no diré acá, porque cada palabra que te dije, la sentí, no tuve tiempo de pensar cómo se escucharía mejor, cómo transmitiría más, las palabras simplemente salieron de mi boca y llegaron a tu oído, creo que también llegaron a tocar tu corazón, porque escuché cómo llorabas mientras yo hablaba, terminé de hablar y me dijiste llorando que llamarías después, aunque sabía el por qué no quise preguntar, cuando te iba a decir te quiero, colgaste.


No quiero irme y sé que tampoco quieres que me vaya porque ni siquiera tú te has ido, te has despedido tantas veces que ya perdí la cuenta, pero yo también y seguramente también la perdiste, no perderé lo que siento y siento tanto decir esto, pero no llores más por mí, recuerdas cuando dije que eras todos los colores en uno, es porque no te pareces a nadie, tus ojos son igual, no tienen un color definido, pero a través de tu mirada veo todo, y por eso, no quiero que lágrimas que tengan mi nombre sigan saliendo de ahí, porque como dice una canción...

"I crumble completely when you cry".



Comentarios

Entradas más populares de este blog

Negro

Tenía miedo, muchas veces lo tuve, cuando más lo sentí, fue cuando llegué a Bogotá, a un ambiente completamente distinto, venía de la costa, de un pueblo en el que todo el mundo se conoce con todo el mundo, era muy alegre, había mucho amor por todas partes y ahí tenías amigos por todos lados porque sentías que eran como tú, cosa que nunca sentí al llegar acá. No era tan común ver a gente negra, no sabía lo que era ser un negro en donde solo había blancos, nunca había sentido o visto un trato así cuando niño porque de donde venía, como había dicho antes, eran como yo, tenían mi color de piel, mis costumbres, mi pelo, mi nariz grande, mis ojos oscuros, mi sonrisa, mi fuerza. Cuando vas caminando por la calle y te quedan viendo como si no fueras humano, como si fueras un animal, o como nos suelen decir, un mono, alguien feo y distinto, cuando eres solo un niño no te das cuenta del desprecio, hasta que llegas a una edad en la que eres más consciente de que no te tratan por lo que eres, si ...

Yo.

 No sĂ©, no sĂ© quĂ© me pasa, te prometo que tambiĂ©n quiero entenderme, no te puedo pedir que me entiendas cuando ni siquiera yo puedo hacerlo. SĂ­, siempre digo, no es tu culpa, pero cuándo será mi turno? Al parecer, sĂ© amar, más no se quedarme, y no se que tipo de amor retorcido creo que puedo dar, porque se supone que el amor, no se va, relacionarte conmigo será hermoso, hasta que acabe, porque no soy malo, pero sĂ­ efĂ­mero, y eso, a mi parecer, duele más, he tratado de quedarme con ciertas personas miles de veces, pero nunca logro hacerlo, no sĂ© por quĂ© me autosaboteo tanto, hasta llegar al punto de creer que no merezco que alguien bueno llegue a mi vida Siento que soy veneno, que tarde o temprano, te harĂ© daño, te lastimare, te darĂ© la cura y a la misma vez, te la quitarĂ©, porque suelo ser alguien que salva algo quitando otra cosa, no quiero ser asĂ­, no me gusta, pero cuando creo que puedo cambiar, me vuelvo a demostrar, que yo, no soy bueno, o quizá sĂ­, pero que no lo soy para al...

¿Mi error favorito?

Dicen que cuando te enamoras de la luna, dejas de ver las estrellas, pero en sus ojos veo toda una galaxia, en su cuerpo, todo un universo, sus ojos no son azules, pero veo el cielo en ellos, le he dicho ya varias veces que me molesta que me guste tanto, tal vez crea que no es para tanto, pero si me prestase atención, cuando la tengo en frente, no tengo tiempo para ver algo más, y ni siquiera quiero hacerlo. Mis ojos solo a ella ven, como las hojas de los árboles al llegar la primavera, caen al suelo como yo caí ante ella cuando la conocí, me asusta, porque no sé si sus sentimientos sean tan profundos como los míos, o que al menos, se acerquen a la intensidad a la que mi corazón late por ella. No temo comprometerme, temo hacerlo con alguien que no esté dispuesta a hacerlo también, no temo decirte te quiero, temo a que me digas te quiero, sin en realidad sentirlo, no es para tanto dicen mis amigos, pero como hacerles entender, que estar sin ella, es como tratar de respirar sin oxígeno, ...