Dicen que cuando te enamoras de la luna, dejas de ver las estrellas, pero en sus ojos veo toda una galaxia, en su cuerpo, todo un universo, sus ojos no son azules, pero veo el cielo en ellos, le he dicho ya varias veces que me molesta que me guste tanto, tal vez crea que no es para tanto, pero si me prestase atención, cuando la tengo en frente, no tengo tiempo para ver algo más, y ni siquiera quiero hacerlo.
Mis ojos solo a ella ven, como las hojas de los árboles al llegar la primavera, caen al suelo como yo caĂ ante ella cuando la conocĂ, me asusta, porque no sĂ© si sus sentimientos sean tan profundos como los mĂos, o que al menos, se acerquen a la intensidad a la que mi corazĂłn late por ella.
No temo comprometerme, temo hacerlo con alguien que no estĂ© dispuesta a hacerlo tambiĂ©n, no temo decirte te quiero, temo a que me digas te quiero, sin en realidad sentirlo, no es para tanto dicen mis amigos, pero como hacerles entender, que estar sin ella, es como tratar de respirar sin oxĂgeno, como ganar sin en realidad desearlo, como despertar sin siquiera querer abrir los ojos, sĂ© que dije que no me enamorarĂa, lo sĂ©, pero cuando la vi a los ojos, me perdĂ, como si una aguja en un volcán fuera, no me perdĂ, desaparecĂ, porque aunque intente dejar de pensarla, no quiero, no es porque no pueda, de todas formas, la sueño hasta cuando estoy despierto.
Corro el riesgo de que despierte un dĂa y ya no quiera estar aquĂ, pero nada que valga la pena llega a ser tan seguro, y si las cosas salen mal, ella será por siempre, mi error favorito.
Tay.
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