Capítulo 2 - Dulce voz Tu voz la recuerdo perfectamente. Olvidar esa voz tan peculiar que tienes es difícil. Me causaba mucha risa y ternura, incluso cuando esa misma voz podía gritarme cosas tan fuertes e hirientes, diciéndome cosas como "cínico", "ojalá te mueras", "te odio, malparido", y demás, para después abrazarme y decir "te amo" cuando te calmabas. Muchas veces pensé que en serio me odiabas, hasta que nuestros ojos estaban a 5 centímetros el uno del otro y se decían: "Es imposible que algún día llegue siquiera a odiarte" Joa blanquita. El amor que sentías por mí era tanto que podías y estabas amando por los dos. Sé muy bien que solo te faltó sacarte el corazón y dármelo. Aunque decías que mis abrazos te daban seguridad, sé que mis acciones lo borraban todo, causándote esa inseguridad que tenías de que me fuera con alguien más y te dejara. Pero ¿qué más da? Al menos sabes muy bien que conmigo siempre estuviste segura. Nunca, pe...